Mireila acaba de iniciar sesión

(Por Miguel Silva Blanco) Era la tarde del miércoles 15 de noviembre del año 2009. El Complejo Deportivo ubicado a la vuelta de mi casa era el escenario escogido para jugarse la etapa regional de la disciplina de voleibol femenino de los Juegos Nacionales Deportivos Escolares categoría sub. 16.

En ciertas circunstancias la timidez y la cobardía embargan a los hombres, más aún cuando estás de cara a una chica bonita. Una buena amiga, valiéndose de su género me dio una mano y me presentó a aquella atractiva jovencita de nombre Mireila, en ese entonces, ella tenía tan solo 16 años e integraba un equipo participante en esa competencia, lucía en el pelo una cola, mostraba sensatez e inocencia, ¡era una niña!

Por razones propias del periodismo asistí al evento, había fotografiado algunos movimientos del club al cual pertenecía aquella admirable y talentosa jovencita. Busqué a su prima para pedirle la dirección de su cuenta electrónica para enviarle algunos retratos, nunca se negó; dianayupa@hot, me dijo; ¿y de tu prima? Con una sonrisa en los labios, ¡mililuna@ respondió! con la típica mirada de, ¡ESTE YA SE ENAMORÓ!

Como toda cosa culmina en la vida, el evento llegó a su fin; y cada uno regresamos a nuestros hogares, ¿no la volveré a ver nunca más?, por un instante me quedé frío y pensativo, ¡tal vez sentí una pena!, ¿me acostumbré a verla?, ¿tendría que resignarme a su ausencia? Pero nunca perdí la esperanza de volverlo a ver... ¡tengo que buscarla!

La tecnología aún es ajena en algunos pueblos, allá donde ella vivía no había servicio de internet; entonces ¿Cómo hacer para contactarla? ¿Cómo saber de ella?. Nunca antes en mi vida sentí tanta ira por la incapacidad y el descuido de las autoridades de no preocuparse por hacer llegar este avance tecnológico a todos los rincones del país, especialmente allá donde ella vivía.

El tiempo pasó y rápido. Llegaron las vacaciones y casi sólo era un recuerdo; me había resignado. Por mi trabajo de periodista estaba conectado a la red todos los días, ¡de pronto!, el típico sonido del Messenger en el altavoz de la Pc: "Mireila acaba de iniciar sesión", ¡se había conectado!, me puse nervioso, no sabía que decir, estaba ante la chica más bonita que había conocido y por quien tenia la esperanza de volverla a ver; y a pesar de la enorme distancia que nos separaba nos encontramos tan cerca intercambiando palabras gracias a la magia de la ciencia y la tecnología.

Desde aquella vez que se conectó, se nos hizo costumbre de encontrarnos cada tarde en la red, hasta nos creamos un seudónimo para saber si verdaderamente era la persona que estaba en el correo, porque a decir la verdad, hay un montón de traviesos bichos que te hackean el correo para ingresar y ver los mensajes, y eso pasaba en la cuenta de ella.

Ahora medito de la importancia y las facilidades que ofrece esta tecnología, llegamos a ser buenos amigos, en un instante pensamos en ser algo más, por el Messenger pactamos un encuentro en la ciudad de Lima, lo vi, que impresión, que belleza de mujer, ¡era la misma chiquilla de aquella vez!. Sigo pensando que el Internet siempre tendrá defensores y opositores, pues, puede servir para informarse, culturizarse, para perderse, o porque no, para enamorarse.

Hoy que culmino de escribir este artículo se conectó de nuevo, el recuerdo vuela hasta brillarme en la mente aquella tarde del 15 de noviembre donde por primera vez la vi. Desde entonces, cada vez que me conecto a la red o estoy frente a una computadora, espero con atención que aquel ícono verde que está en la parte inferior derecha de la Pc, empiece a girar y diga "Mireila acaba de iniciar sesión".