miércoles, 13 de octubre de 2010

Jaimeja estuvo aquí


(Por Miguel Silva Blanco) Para orientar a nuestros lectores, Jaimeja es la dirección de correo electrónico en el msn (Messenger) que utiliza Jaime Abanto Padilla, Presidente de la Asociación de Poetas y Escritores Cajamarca (APECAJ) y responsable de la columna "Balcón Interior" que se publica en un Diario de Circulación Regional en Cajamarca.

Por labores propias del Periodismo conocí a Jaime, nos tratamos poco; sin embargo, bastó para darme cuenta que estaba ante un ser íntegro, mesurado, un poco callado, pero sobre todo, gran colega y mejor amigo.

Su llegada a Bambamarca concitó el interés de conocerlo en persona de los que sólo lo seguían a través de su columna "Balcón Interior", que se muestra polifacética: unas veces dulce, poética, mordaz y crítica, dando latigazos a funcionarios enquistados en los poderes o instituciones que solo hacen daño y retrazan el trabajo.

Otra de sus bondades de Jaime es escuchar con atención cada frase, cada verso, cada línea que alguien pronuncia; y con la sabiduría y aplomo de hermano mayor (por su experiencia), felicita, corrige y orienta, despidiéndote con su sonrisa de siempre.

Entre copas compartimos una tertulia poética, en la cual nos desnuda su sentimiento y el concepto que tiene del amor y de la vida, "No te odio porque el amor es un sentimiento, y yo por ti ya no siento nada", reza uno de sus escritos que pinta de cuerpo entero al hombre que escribe, este es Jaime Abanto, este es su sentimiento, esta es la sencillez de un gran poeta.

Habló de Azul, explicó que el azul deviene del mar, del cielo y va relacionado con la poesía, como aquel Recital Internacional denominado "Patio Azul", entiendo entonces el significado de azul, dulce como el amor, el pensamiento; dulce como la voz y la sonrisa del ser que más ama, su hija "Patricia Azul". Este mismo Patio, se trasladó al Salón Consistorial de la Municipalidad de Bambamarca para que Jaime Abanto lo mida otra vez con sus pasos, paseando su larga figura como sus brazos ansiosos de abrazar a sus hermanos, los vates bambamarquinos.

Después de las llegadas se suceden inevitablemente las despedidas, esperando que acontecimientos de esta categoría y envergadura se repitan siempre y con más frecuencia, con un apretón de manos y un abrazo fraterno nos despedimos. ¡Hasta pronto Poeta!

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